Micología y luna llena: ¿influye realmente en la aparición de setas?

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Durante siglos, la luna llena ha sido vista como un catalizador de lo misterioso: partos, mareas, estados de ánimo... y, cómo no, la fructificación de las setas. En la cultura popular de la península ibérica y de muchas otras regiones del mundo, existe la arraigada creencia de que los hongos brotan con más fuerza bajo el influjo de la luna llena. Es un saber transmitido de generación en generación de recolectores.

Pero, ¿hay base científica para esta afirmación o se trata de uno de los mitos más poéticos del folclore rural? En este artículo exploramos a fondo la conexión entre micología y fases lunares, separando con rigor los mitos de las realidades científicas para entender qué es lo que realmente hace que una seta decida emerger de la tierra.

Fase Lunar y Fructificación Fúngica: ¿Existe una Relación Causal?

La idea de que la luna influye en la aparición de setas proviene, en gran parte, de la observación empírica acumulada. Muchos recolectores experimentados aseguran que, en los días posteriores a la luna llena y siempre que la humedad sea suficiente, los "boletales" o "setales" parecen explotar en una florada masiva. Sin embargo, cuando la ciencia pone el foco en esta creencia, los resultados son concluyentes.

¿Qué Dice la Evidencia Científica?

Hasta la fecha, ningún estudio científico riguroso ha encontrado una correlación causal directa entre las fases de la luna y la fructificación de los hongos. Las principales hipótesis sobre la influencia lunar han sido descartadas:

  • Influencia Gravitacional: Aunque la luna ejerce una fuerza gravitacional que causa las mareas oceánicas, su efecto sobre los pequeños volúmenes de agua presentes en el suelo y en el micelio es absolutamente insignificante y no es suficiente para "tirar" de las setas hacia la superficie.
  • Luz Lunar (Luminosidad Nocturna): El micelio es un organismo que vive y se desarrolla bajo tierra, en ausencia de luz. La débil luz reflejada por la luna, incluso en su fase llena, no tiene la intensidad ni la longitud de onda necesarias para penetrar en el suelo y desencadenar procesos biológicos en el hongo. La fructificación es una respuesta a estímulos internos y a factores ambientales directos como la humedad y la temperatura.

Un estudio de referencia publicado en la revista Mycological Progress analizó durante varios años la fructificación de especies como Amanita muscaria y Boletus edulis. Los resultados fueron claros: no encontraron ninguna correlación estadísticamente significativa con las fases lunares. Sin embargo, sí encontraron una fuerte correlación positiva con variables como la precipitación acumulada en los 10-15 días previos y las temperaturas nocturnas suaves.

El Protagonista Real: El Micelio y sus Desencadenantes Terrenales

Para entender por qué la luna no es el factor decisivo, es crucial recordar que la seta visible es solo el cuerpo fructífero (el carpóforo), el órgano reproductor del hongo. El verdadero organismo es el micelio, una compleja y vasta red de filamentos (hifas) que se extiende bajo tierra, explorando, alimentándose y comunicándose durante todo el año.

La decisión del micelio de fructificar (es decir, de producir una seta) es una respuesta compleja a una combinación de factores ambientales y fisiológicos, entre los que destacan:

  • Estrés Hídrico y Choque Térmico: El micelio necesita acumular una gran cantidad de agua y biomasa. A menudo, un ligero descenso de la temperatura junto con una alta humedad (condiciones típicas tras una tormenta de finales de verano) actúa como el "disparador" que inicia la formación de los primordios de las setas.
  • Disponibilidad de Nutrientes: El micelio debe haber acumulado suficientes reservas energéticas (obtenidas de la descomposición de materia orgánica o de la simbiosis con árboles) para poder afrontar el enorme gasto que supone crear un cuerpo fructífero.
  • Interacciones Biológicas: La competencia con otros hongos, la presencia de ciertas bacterias en el suelo y la comunicación química con las raíces de los árboles (en el caso de las micorrizas) también influyen en el momento y la intensidad de la fructificación.

Las fases lunares no influyen directamente en ninguna de estas variables críticas que operan a nivel del suelo.

Los Verdaderos Factores que Afectan a la Aparición de Setas

Para que un recolector tenga éxito, debe aprender a "leer" el bosque y su clima. Estos son los factores que, científicamente, sí tienen un impacto directo y demostrado:

  • La Humedad del Suelo y las Precipitaciones: Es el factor más importante. El micelio necesita un suelo constantemente húmedo para expandirse y acumular agua. Las lluvias continuas y suaves (tipo "calabobos") son mucho más efectivas que un chaparrón violento. Generalmente, una florada importante de setas se produce entre 7 y 20 días después de un buen episodio de lluvias.
  • Las Temperaturas Suaves y Constantes: Las noches frescas pero sin heladas, y los días templados, son ideales. Un calor excesivo deshidrata el suelo, mientras que una helada puede dañar o destruir el micelio superficial y los primordios de las setas.
  • La Estacionalidad y el Fotoperiodo: Cada especie está adaptada a unas condiciones concretas. Las colmenillas son primaverales, los boletus de verano aparecen con las primeras tormentas estivales, y la gran explosión de níscalos y otros boletus es eminentemente otoñal, ligada a la bajada de temperaturas y el aumento de las lluvias.
  • El Sustrato y el Tipo de Suelo: La composición del suelo (pH, riqueza en materia orgánica, tipo de roca madre) y la especie de árbol con la que un hongo micorrícico se asocia son determinantes. Un níscalo (Lactarius deliciosus) nunca saldrá bajo una haya, y una amanita de los césares (Amanita caesarea) prefiere suelos silíceos.

El Origen del Mito: ¿Por Qué se Asocia la Luna con las Setas?

La persistencia de esta creencia no es casual y tiene una explicación basada en la psicología y la observación humana:

  • Correlación Ilusoria: La luna llena a menudo coincide con noches de cielo despejado. Estas noches de alta presión atmosférica suelen venir después de un frente lluvioso. El recolector sale al campo unos días después de las lluvias, ve la luna llena y, cuando encuentra setas, su cerebro establece una conexión causal donde solo hay una coincidencia temporal.
  • Sesgo de Confirmación: Una vez que se tiene la creencia, se tiende a recordar y dar más importancia a las veces que la "predicción" se cumplió ("salí con luna llena y encontré muchas") y a olvidar o justificar las veces que no funcionó ("no encontré, pero es que no ha llovido lo suficiente").
  • Visibilidad Mejorada: Es innegable que buscar setas de noche o al amanecer es más fácil con la luz de la luna llena. Esto puede llevar a la percepción de que "hay más", cuando en realidad simplemente "se ven mejor".

Estas creencias, transmitidas culturalmente, forman parte del rico patrimonio inmaterial ligado al campo, pero no deben confundirse con los mecanismos biológicos reales.

¿Qué Opinan los Expertos Micólogos?

La comunidad científica es unánime en este punto. Micólogos de prestigio como Carlos Monedero (CSIC) o autores de guías de referencia han afirmado en numerosas ocasiones que no existe evidencia que soporte esta teoría. En una entrevista para la Revista de Micología Aplicada, Monedero declaraba:

“La fructificación es una respuesta compleja del hongo al entorno físico-químico del suelo y a la simbiosis con su hospedador. La luna, como cuerpo astronómico, no forma parte de las variables que hemos podido medir y correlacionar en décadas de observación de campo y laboratorio.”

 

Conclusión: Entre el Encanto del Mito y la Eficacia de la Ciencia

La creencia en la influencia de la luna sobre las setas es un hermoso ejemplo de cómo nuestros ancestros intentaban dar sentido a los ritmos de la naturaleza. Refleja una conexión cultural profunda con el entorno y forma parte del encanto de la micología. Sin embargo, desde un punto de vista práctico y científico, debemos ser claros: la humedad, la temperatura y la ecología del suelo son los verdaderos y únicos detonantes que dictan cuándo y dónde aparecerá una seta.

Así que, la próxima vez que planifiques una salida, sigue admirando la belleza de la luna llena, pero presta mucha más atención al parte meteorológico y al calendario de lluvias. El micelio, silencioso y subterráneo, responde a la tierra, no al cielo.

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